He sentido las oleadas de tristeza. La he visto precipitarse hacia el dolor, las pupilas enrojecidas conteniendo el aliento. Rabia. 40 pulsaciones y quitenle todos los tubos. Es cuestión de horas. La niña miseria sobrepasada, protagonista durante 30 días de duelo. Una habitación demasiado cara. Pero llega la hora de la venganza: una caja de pino negro, tres bombillas, un sótano. Escribo, dejo salir la pena ahogada, su pena. No te preocupes mamá, cuando llegue el momento, será precioso, no cabrán más flores. No permitiré que la miseria te vele.
Escrito por La Oruga a las 10 de Febrero 2012 a las 10:02 AM