¿Realmente puedo soportarlo?
Esa ira envidiosa, esa frustración... estar en paz ahí dentro no parece tarea fácil.
Hay dolor en mi corazón, siguen abiertas las mismas heridas.
Una cose un roto sujetando los retazos con algo que parece fuerza, pero es como dar puntadas en el vacio. El relleno se escapa un poco más abajo. Los pespuntes de ayer hoy se deshilachan, y vuelvo a las andadas.
Nada ha cambiado, salvo que escribo. Soy capaz de escribir, es más, me apetece escribir. Quiero mandarlo todo la mierda y escribir. Sólo escribir. Escribir y nada más. Este desahogo, esta rabia, este negro sobre blanco con punto y seguido.
¿Realmente puedo escribir?
Claro, escribir es fácil, teclear aquí y allá, escarbar un poco entre las neuronas, dejarse llevar aunque se escriban sandeces. Tacatacataca. Saca esa mierda de dentro y exponla al sol. Como si tuvieses 17 años y acabases de descubrir que el mundo da asco. Así, los tópicos de siempre pareciendo exactamente los tópicos de siempre.
El mundo es una mierda y bla bla bla... lo que tú quieras, pero escribe.