Si a algo se parece Calcuta, es a un gran campo de refugiados postnuclear para ex-intocables. Son víctimas de una invasión europea con posterior abandono (lo que las clases altas llaman colonización e independencia), pero no tienen derecho a reclamar asilo humanitario ni hay salida posible del gigantesco pantano de misera y putrefacción en el que viven. Son víctimas del racismo interno y sus conciudadanos les trata como a basura... lo que resulta casi natural, pues los ex-intocables viven, literalmente, entre y de la basura, en dura competencia con los cerdos y gallinas por el mejor bocado.
Si se lo propusieses, creo que cambiarían sus vidas por las de cualquier refugiado de Katsikas. Toda una vida en Calcuta a cambio de unos meses disfrutando del exótico lujo de tres comidas diarias y una tienda de campaña, todo gratis, sin tener que robárselo a los cerdos ni a las gallinas.
Así de terrible es su situación... y, sin embargo, sonríen.
Escrito por La Oruga a las 10 de Septiembre 2016 a las 11:59 AM